El fin de semana pasado la
reforma de la escuela ha llegado a su ecuador. La empresa que lleva a cabo la
obra ha concluido dos de las cuatro aulas que se están reformando. Hasta el
momento todo marcha bien, los plazos se van cumpliendo y las inevitables
molestias que ocasionan las obras están siendo soportables.
Cumplida la empresa su parte, no
así los cristaleros que nos dejaron un aula sin cristales, nos quedaba cumplir
con la nuestra.
Brochas en mano, escobas, herramientas y sobre todo ilusión, nos dispusimos a pasar un feliz “finde” poniendo guapa la escuela. Todo un batallón de familias, acompañados y ayudados también por el alcalde de nuestro pueblo y un trabajador del ayuntamiento que se prestó a trabajar con nosotros, tomamos el recinto escolar como si de un valioso botín de guerra se tratara.
Brochas en mano, escobas, herramientas y sobre todo ilusión, nos dispusimos a pasar un feliz “finde” poniendo guapa la escuela. Todo un batallón de familias, acompañados y ayudados también por el alcalde de nuestro pueblo y un trabajador del ayuntamiento que se prestó a trabajar con nosotros, tomamos el recinto escolar como si de un valioso botín de guerra se tratara.
Siempre hay un hueco para un piscolabis |
Teníamos que adecentar las dos
aulas reformadas y desalojar las otras dos para que e l lunes los obreros
pudieran continuar con la obra. Cumplimos el objetivo y sobre todo la finalidad
que más nos preocupa, que los niños noten lo mínimo posible el efecto de las
obras en el discurrir de su curso escolar.
Ellos estuvieron presentes el fin
de semana con las familias durante los trabajos y querían también ayudar, son
incansables. De momento nos conformamos con que vean como se implican sus
familias para que les sirva de referente en el futuro. Gracias niñ@s, gracias
familias.
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